Título: Arresto Involuntario
Autora: Shute-Chan
Género: Sobrenatural
Extensión: Oneshot
Nota: solo fue una pesadilla cuando tenía fiebre.
Lo más probable era que te lanzaran tomates o
lo que fuera que tuvieran en la mano aquellas mujeres u hombres que estaban
encerrados en aquella cárcel, que ¿Qué hacíamos allí? Dar un pequeño show para
las personas que estaban en el lugar, pero con lo que no contábamos era que
había un pequeño motín dentro.
El sistema fallo, pocas de las chicas salieron,
las otras quedamos dentro, todo parecía
solucionarse, excepto que no podíamos salir, no hasta que abrieran las
puertas con normalidad. Por un corto momento pasaron varios días, días que
intentamos escapar por nuestra cuenta, hasta que con un milagro, alguien
escucho.
Una luz bajo desde ese opaco cielo, alas
brillantes iluminaron aquel hueco, hasta que dejo ver su cara. De todas las
personas posibles ese cabello oscuro y ojos verdes, no había duda que era de la
familia, peor aún, uno de mis hermanos.
-antes que nada, no fue mi culpa.
Me defendí buscando con la mirada a las otras
chicas que ni por asomo aparecían a la vista.
-sí, si, lo que digas, hay que sacarte de aquí.
Y antes de escapar, las puertas se cerraron y
por el olor a azufre, era uno de los peores demonios que custodiaban aquel
lugar.
-no te la llevaras de aquí.
La pelea de miradas no se hizo esperar y mis
ojos pasearon por todo el lugar buscando una salida, pero cuando parecía
encontrar una, esa cosa nos alcanzó y algo más bajo del tejado, era un caído,
para ser exactos el primer caido ¿Cómo mi hermano era amigo suyo? Esa pregunta
se me escapo de mi subconsciente y el solo dijo que para después me contaría la
historia, cuando logramos salir o eso creía yo, me toco pelear, pero todo lo
que mi cerebro lograba recordar era una luz cegándome y para cuando desperté,
seguía en aquel sitio pero ya me estaban dejando libre.
Ni mi hermano ni aquel caído estaban y
sinceramente no los recordé, no hasta que los vi, pero ni me despedí de ellos,
simplemente lo recordé todo de camino a casa, donde me esperaba ella, ella y un
manojo de gatos.
Cuando logre despertar, la fiebre no me dejaba
ni moverme, mi cuerpo seguía caliente, bueno, solo mis manos y mis pies, quería
morirme, pero solo logre cerrar los ojos por un momento para darme cuenta de
que me estaban vigilando, no sabía quién, pero me observaba de lejos, no logre
dormir, menos después de saber que ya eran las 6am y mi rutina tenía que
comenzar.
Comentarios