Tu Retrato en la Pared [Capitulo 7]

-no pueden obligarme a hacerle eso?
Dijo en tono molesto aquel chico mientras se levantaba exaltado de su asiento.
-lo lamento, pero fueron los acuerdos a los que llegamos, tú debes separarte de esa chica si quieres volver a tu antigua vida.

Yukihiro hizo caso, no tenia porque discutírselo, después de todo ellos habían accedido a que él se quedara con Rei hasta que esta fuera un poco mayor y comprendiera lo que había hecho Yuki por ella.


Narra Yukihiro


Hacía cinco años que aquel incidente de auto había ocurrido, el culpable de aquel accidente casi se sale con la suya intentando quitarle la vida a Rei, pero no lo permití, siendo su “amigo imaginario” ella confiaba en mí, pero aquel día… tuve que dejar de ser imaginación de ella.

FLASHBACK


Para mi Rei era una pequeña niña aunque pronto comenzaría su etapa de pubertad, jugaba tranquilamente con ella y dos niñas más pequeñas, cuando la pelota salió a la carretera y Rei tras ella, no pude más que hacer lo que era correcto, romper las reglas del mundo humano e impedirlo, lo que me llevo a lo siguiente:

-sabes lo que acabas de hacer?
El chico pelinegro miro con desdén a sus superiores y asintió con pesadez.
-sí, se lo que hice, pero—
-no hay peros que valgan Yuki, mataste a un humano con tal de salvarla a ella, eso, eso no es permitido entre nosotros así que… o dejas que las cosas sucedan como deberían pasar o tendrás que ser enjuiciado.

-esas no son opciones validas para mí.
Se defendió alzando la voz y mirando a sus superiores con enojo.
-estas revelando—
-basta ***** hay mejores maneras de castigas a un niño desobediente.
Dijo uno de sus superiores mientras miraba con curiosidad a Yuki.
-si tanto la quieres cuidar, deberás hacer lo peor que un guardián podría hacer.
Pero antes de que dijera algo aquel primer hombre hablo.
-solo estas dándole libertades porque es tu protegido, no es así Rafael.
-y porque quiero castigarlo tanto como tu estamos haciendo esta junta justo con las cartas echadas.
Todos los presentes miraron al medio del salón donde estaban reunidos, justo en medio había una imagen holográfica del accidente, congelado, esperando que pasara lo peor o no.

Yuki entonces sintió nervios por lo que su superior le estaba ofreciendo.
-tienes cinco años para remediar este error Yuki… o dejas morir a Rei, o usas toda tu energía en salvar a ese chico.
Señalo al asiento del copiloto, un chico unos años mayor que Rei, y a su lado su padre conduciendo el auto.
-mi…energía?
-sip, solo hay dos opciones viables y que de alguna manera son un castigo para ti… en ese periodo de tiempo Rei no tendrá recuerdos de ti, y mucho menos de lo que ha pasado hasta hoy, tendrás que velar por ese niño… Yuu Hiroki; La segunda es que el accidente ocurra y tu serás el que tomo el lugar de tu compañera en la tierra restándole los años que vivirá en ti.

FIN DEL FLASHBACK



De una u otra manera estaba jodido, pero hice lo que me pidieron, me tuve que hacer el guardián de ese niño con el que poco a poco me encariñe y lograba escabullirme a ver a Rei, sí, me volví obsesivo compulsivo pero tenía mis motivos.
Cuando logre que Rei usara sus poderes en mi y ese dibujo, todo se volvió una bomba de tiempo, una que si no actuaba rápido nos explotaría en la cara a ambos, con lo que no contaba era con que Yuu enfermaría y provocaría su propia muerte fue hasta entonces que lo note, no por nada las cosas habían pasado y el arcángel Rafael quería que estuviera con Yuu y lo cuidara, pensé en un principio que era porque solo era un humano, pero justo cinco años después es que lo note, era un ángel, uno puro, encerrado entre miles de miles de sellos y no solo para cuidar de él, sino para cuidar al mundo de los que querían hacerle daño, había cuidado a un guerrero de las batallas más antiguas que había, pero él desde dentro había comenzado a romper sus cadenas y a liberarse, desencadenando la propia muerte de su cuerpo humano.

-Yuu…Yuki?
Pregunto curioso aquel hombre fornido mientras pegaba su espalda al tronco del árbol, Yuki lo miraba curioso a aquel hombre de pelo negro subió a aquella rama.
-si… ese es mi nombre… donde… estamos?
Pregunto un tanto perdido, no recordaba nada igual a ese lugar.
-¿fue Rafael quien te pidió que me cuidaras?
Pregunto mientras me miraba con una ceja levantada y una sonrisa divertida en los labios.
-eeemmm… es que… ocurrió un accidente y… acabe cuidando su cuerpo.
Confeso un tanto inseguro el chico sin querer dar más explicaciones.
-vaya… y yo torpemente haciendo algo completamente descuidado, no es digno de mi.




Y luego de esa charla para nada gratificante, entre ambos quedamos en algo completamente fuera de lugar… yo tomaría su lugar mientras el regresaba a nuestro  mundo, y como no iba a hacerme de rogar, Rafael tampoco fue perezoso en que siguiera mi castigo cuidando el cuerpo de Yuu Hiroki hasta que muriera.

Fue que intente despedirme de Rei, pero ni eso hice bien, solo la deje allí, con el corazón roto mientras Yuu tenía ese accidente y como si fuera magia acabe uniéndome en un cuerpo que no era el mio, haciendo que un lienzo en blanco comenzara a tomar forma.




-a ver… tu nombre?
-Yuu Hikori.
-dices que quieres el trabajo de cuidador de perros?
Lo miro curioso el dueño de la tienda mientras examinaba a Yuu de pies a cabeza.
-sip… se me da bien cuidar de los animales, además que estoy en el cuarto semestre de medicina veterinaria.
-aquí dice que dejaste la universidad de ciencias política, ¿por qué?
-mi familia quería eso para mí, pero… sufrí un accidente de tránsito y desde entonces no volví por allí.
-¿Qué tipo de accidente?
-de auto, perdí la memoria y según los doctores no pueden hacer nada para recuperarla, pero soy lo suficientemente dependiente como para cuidar de mi mismo y contribuir a la sociedad.
Confeso seguro de sí mismo Yuu mientras esperaba que es veterinario como algunos otros le cerrara la puerta sin siquiera invitarlo a pasar.
-bien, como veo que estas desesperado te daré la oportunidad.




Llevaba ya varios semanas que había regresado a la ciudad, la poca familia que tenia por fin lo había dejado vivir solo y por ende las cases las tenía que retomar, mientras soltaba la correa del último perro se dedico a mirar a cada uno mientras le lanzaba varias pelotas y estos la traían de regreso, paso así un largo rato hasta que una chica comenzó a correr por medio del camino hacia donde los perros estaban y estos comenzaron a seguirla, pero cuando llego vio que todos estaba olfateándola mientras escuchaba los sollozos de la chica.

Chicos! Déjenla!
Yuu llego hasta ella y le toco los cabellos sintiendo esa pequeña corriente eléctrica atravesarle y entibiarle el corazón.

no tienes por qué sentir miedo, ellos no te van a comer.
Comento de forma amable haciendo que la chica por fin levantara la cabeza y mirara directo a sus ojos, esos mismo ojos que le traían pesadillas cada noche desde hace dos años.

YuYuki
A pesar del reconocimiento inicial, escuchar  ese nombre lo trajo de nuevo a la realidad, confundido miro a la chica inclinando la cabeza hacia la derecha. La chica lo miraba esperanzada como si lo conociera de toda la vida.

¿disculpa?
Dijo sin creérselo y la chica entonces dejo escapar aire de sus pulmones como si lo hubiera estado conteniendo, sus ojos volvieron a apagarse y bajo la mirada recolocándose el bolso en su hombro.

lo lo siento
Se disculpó casi en un susurro y cuando accedió a ayudar a la chica a levantarse esta trastabillo y acabo abrazada al chico quien un poco incrédulo de su propio ritmo cardiaco comenzaba a recordar cosas… cosas que no eran suyas.






Había pasado un tiempo desde que había visto a aquella chica.


No había logrado conseguir más que su nombre, Rei. Y que estudiaba arte, pero tampoco podía comportarse como un acosador y buscarla en la universidad sin una buena excusa e ir al mismo parque no le había servido de mucho ya que la chica no había vuelto por ese lugar, tal vez sus horario no coincidían, pero no podía hacer más que esperar a que el destino los uniera nuevamente.

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