-no
pueden obligarme a hacerle eso?
Dijo
en tono molesto aquel chico mientras se levantaba exaltado de su asiento.
-lo
lamento, pero fueron los acuerdos a los que llegamos, tú debes separarte de esa
chica si quieres volver a tu antigua vida.
Yukihiro
hizo caso, no tenia porque discutírselo, después de todo ellos habían accedido
a que él se quedara con Rei hasta que esta fuera un poco mayor y comprendiera
lo que había hecho Yuki por ella.
Narra Yukihiro
Hacía
cinco años que aquel incidente de auto había ocurrido, el culpable de aquel
accidente casi se sale con la suya intentando quitarle la vida a Rei, pero no
lo permití, siendo su “amigo imaginario” ella confiaba en mí, pero aquel día…
tuve que dejar de ser imaginación de ella.
FLASHBACK
Para
mi Rei era una pequeña niña aunque pronto comenzaría su etapa de pubertad,
jugaba tranquilamente con ella y dos niñas más pequeñas, cuando la pelota salió
a la carretera y Rei tras ella, no pude más que hacer lo que era correcto,
romper las reglas del mundo humano e impedirlo, lo que me llevo a lo siguiente:
-sabes
lo que acabas de hacer?
El
chico pelinegro miro con desdén a sus superiores y asintió con pesadez.
-sí,
se lo que hice, pero—
-no
hay peros que valgan Yuki, mataste a un humano con tal de salvarla a ella, eso,
eso no es permitido entre nosotros así que… o dejas que las cosas sucedan como
deberían pasar o tendrás que ser enjuiciado.
-esas
no son opciones validas para mí.
Se
defendió alzando la voz y mirando a sus superiores con enojo.
-estas
revelando—
-basta
***** hay mejores maneras de castigas a un niño desobediente.
Dijo
uno de sus superiores mientras miraba con curiosidad a Yuki.
-si
tanto la quieres cuidar, deberás hacer lo peor que un guardián podría hacer.
Pero
antes de que dijera algo aquel primer hombre hablo.
-solo
estas dándole libertades porque es tu protegido, no es así Rafael.
-y
porque quiero castigarlo tanto como tu estamos haciendo esta junta justo con
las cartas echadas.
Todos
los presentes miraron al medio del salón donde estaban reunidos, justo en medio
había una imagen holográfica del accidente, congelado, esperando que pasara lo
peor o no.
Yuki
entonces sintió nervios por lo que su superior le estaba ofreciendo.
-tienes
cinco años para remediar este error Yuki… o dejas morir a Rei, o usas toda tu
energía en salvar a ese chico.
Señalo
al asiento del copiloto, un chico unos años mayor que Rei, y a su lado su padre
conduciendo el auto.
-mi…energía?
-sip,
solo hay dos opciones viables y que de alguna manera son un castigo para ti… en
ese periodo de tiempo Rei no tendrá recuerdos de ti, y mucho menos de lo que ha
pasado hasta hoy, tendrás que velar por ese niño… Yuu Hiroki; La segunda es que
el accidente ocurra y tu serás el que tomo el lugar de tu compañera en la
tierra restándole los años que vivirá en ti.
FIN DEL FLASHBACK
De
una u otra manera estaba jodido, pero hice lo que me pidieron, me tuve que hacer
el guardián de ese niño con el que poco a poco me encariñe y lograba
escabullirme a ver a Rei, sí, me volví obsesivo compulsivo pero tenía mis
motivos.
Cuando
logre que Rei usara sus poderes en mi y ese dibujo, todo se volvió una bomba de
tiempo, una que si no actuaba rápido nos explotaría en la cara a ambos, con lo
que no contaba era con que Yuu enfermaría y provocaría su propia muerte fue
hasta entonces que lo note, no por nada las cosas habían pasado y el arcángel
Rafael quería que estuviera con Yuu y lo cuidara, pensé en un principio que era
porque solo era un humano, pero justo cinco años después es que lo note, era un
ángel, uno puro, encerrado entre miles de miles de sellos y no solo para cuidar
de él, sino para cuidar al mundo de los que querían hacerle daño, había cuidado
a un guerrero de las batallas más antiguas que había, pero él desde dentro
había comenzado a romper sus cadenas y a liberarse, desencadenando la propia
muerte de su cuerpo humano.
-Yuu…Yuki?
Pregunto
curioso aquel hombre fornido mientras pegaba su espalda al tronco del árbol,
Yuki lo miraba curioso a aquel hombre de pelo negro subió a aquella rama.
-si…
ese es mi nombre… donde… estamos?
Pregunto
un tanto perdido, no recordaba nada igual a ese lugar.
-¿fue
Rafael quien te pidió que me cuidaras?
Pregunto
mientras me miraba con una ceja levantada y una sonrisa divertida en los
labios.
-eeemmm…
es que… ocurrió un accidente y… acabe cuidando su cuerpo.
Confeso
un tanto inseguro el chico sin querer dar más explicaciones.
-vaya…
y yo torpemente haciendo algo completamente descuidado, no es digno de mi.
…
Y
luego de esa charla para nada gratificante, entre ambos quedamos en algo
completamente fuera de lugar… yo tomaría su lugar mientras el regresaba a
nuestro mundo, y como no iba a hacerme
de rogar, Rafael tampoco fue perezoso en que siguiera mi castigo cuidando el
cuerpo de Yuu Hiroki hasta que muriera.
Fue
que intente despedirme de Rei, pero ni eso hice bien, solo la deje allí, con el
corazón roto mientras Yuu tenía ese accidente y como si fuera magia acabe
uniéndome en un cuerpo que no era el mio, haciendo que un lienzo en blanco
comenzara a tomar forma.
…
-a
ver… tu nombre?
-Yuu
Hikori.
-dices
que quieres el trabajo de cuidador de perros?
Lo
miro curioso el dueño de la tienda mientras examinaba a Yuu de pies a cabeza.
-sip…
se me da bien cuidar de los animales, además que estoy en el cuarto semestre de
medicina veterinaria.
-aquí
dice que dejaste la universidad de ciencias política, ¿por qué?
-mi
familia quería eso para mí, pero… sufrí un accidente de tránsito y desde
entonces no volví por allí.
-¿Qué
tipo de accidente?
-de
auto, perdí la memoria y según los doctores no pueden hacer nada para
recuperarla, pero soy lo suficientemente dependiente como para cuidar de mi
mismo y contribuir a la sociedad.
Confeso
seguro de sí mismo Yuu mientras esperaba que es veterinario como algunos otros
le cerrara la puerta sin siquiera invitarlo a pasar.
-bien,
como veo que estas desesperado te daré la oportunidad.
…
Llevaba
ya varios semanas que había regresado a la ciudad, la poca familia que tenia
por fin lo había dejado vivir solo y por ende las cases las tenía que retomar,
mientras soltaba la correa del último perro se dedico a mirar a cada uno
mientras le lanzaba varias pelotas y estos la traían de regreso, paso así un
largo rato hasta que una chica comenzó a correr por medio del camino hacia
donde los perros estaban y estos comenzaron a seguirla, pero cuando llego vio
que todos estaba olfateándola mientras escuchaba los sollozos de la chica.
― Chicos!
Déjenla!
Yuu
llego hasta ella y le toco los cabellos sintiendo esa pequeña corriente
eléctrica atravesarle y entibiarle el corazón.
― no
tienes por qué sentir
miedo, ellos no te van a comer.
Comento
de forma amable haciendo que la chica por fin levantara la cabeza y mirara
directo a sus ojos, esos mismo ojos que le traían pesadillas cada noche desde hace
dos años.
―Yu…Yuki…
A
pesar del reconocimiento inicial, escuchar
ese nombre lo trajo de nuevo a la realidad, confundido miro a la chica
inclinando la cabeza hacia la derecha. La chica lo miraba esperanzada como si
lo conociera de toda la vida.
―¿disculpa?
Dijo sin
creérselo y la chica entonces dejo escapar aire de sus pulmones como si lo
hubiera estado conteniendo, sus ojos volvieron a apagarse y bajo la mirada recolocándose
el bolso en su hombro.
― lo… lo siento…
Se
disculpó casi en un susurro y cuando accedió a ayudar a la chica a levantarse
esta trastabillo y acabo abrazada al chico quien un poco incrédulo de su propio
ritmo cardiaco comenzaba a recordar cosas… cosas que no eran suyas.
…
Había
pasado un tiempo desde que había visto a aquella chica.
No
había logrado conseguir más que su nombre, Rei. Y que estudiaba arte, pero
tampoco podía comportarse como un acosador y buscarla en la universidad sin una
buena excusa e ir al mismo parque no le había servido de mucho ya que la chica
no había vuelto por ese lugar, tal vez sus horario no coincidían, pero no podía
hacer más que esperar a que el destino los uniera nuevamente.
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