La Caída de Reichenbach


Nombre: La Caída de Reichenbach
Pareja: Johnlock
Extensión: OneShot
Autora: ShuteChan
Género: Yaoi/LB

Resumen: John H. Watson había muerto en la guerra tras ser
herido de gravedad por el enemigo, pero por asares del destino
¡ESTA VIVO!, está en Londres, recuerda poco de lo sucedido y
solo sabe que debe encontrar a alguien pero ¿a quién?






El sonido ensordecedor de los disparos, explosiones y la lluvia de balas solo
hacían que su corazón latiera con muchas más fuerzas de las que podía
imaginar, uno a uno sus compañeros de escuadrón caían a su alrededor,
intento llegar hasta ellos, pero una explosión muy cerca lo hizo volar
cayendo a una gran distancia, sus escoltas habían muerto, intento
refugiarse pero fue en vano, una bala atravesó su piel, sintió que aquello
era el fin, sin duda lo era, cada día valía la pena, pero ahora John estaba
inconsciente escuchando cada vez más lejos la voz de sus compañeros
llamándole.
El irregular pitio y olor a cloro acompañados por el frio que había
entumecido sus extremidades le hizo saber que estaba en un hospital y
que seguía vivo, intento abrir los ojos pero la luz le molestaba haciéndolo
fruncir el ceño, cuando iba a abrir los ojos, tuvo un recuerdo poco regular
de lo que había pasado o eso creía…
John se encontraba en un gran salón de paredes altas y puertas y
ventanas de igual manera, examino su cuerpo con sus manos dándose
cuenta que vestía de manera muy formal pero no de su época, los
destellos de su armadura lo hicieron toquetearse examinándose los
hombros; la cabeza comenzaba a darle vuelta, los recuerdos de un
disparo certero le había provocado la muerte pero ¿Cómo es que estaba
allí sentado? Vistiendo elegantemente un traje blanco en tonos beige con
correas doradas y otros accesorios en sus hombros en oro.
-¿¡pero que….!?
Se quedó a media palabra escuchando la puerta de aquella habitación
siendo abierta, su mirada se posó en las figuras que comenzaba a entrar,
tres personas con trajes similares a él ingresaron a la habitación, dos
hombres y una mujer, su mirada se posó en ella ya que la chica se veía
ligeramente familiar, su nerviosismo delataba su incomodidad.
-¿Nombre?
Pregunto el chico peli castaño más alto que él, señalándole que se sentara
ante la mirada aturdida que podía ver en John.

-me… me llamo John Watson… ¿Dónde estoy?
Escucho suspirar de manera muy audible al chico que lo había mandado
a sentar, al hacerlo, la chica de cabellos castaños también se sentó a su
lado, John la miro a los ojos y extrañamente la chica le sonrió intentando
tranquilizarlo.
-bien John, pronto volverás.
Le dijo el chico rubio sentándose al otro extremo de la habitación en uno
de los sofás individuales, John iba a quejarse sobre su situación y el
constante mareo no lo dejaban pensar bien, pero la chica sentada a su
lado le tomó por sorpresa nuevamente tocando con su mano derecha la
cabeza de John y con la izquierda el pecho; al hacerlo todos los mareos
desaparecieron y comenzó a sentirse más sereno.
-John… ¿recuerdas quién eres?
Escucho la dulce voz de la chica hablarle y al mirarla de nuevo la abrazo
con fuerza.
-OOOh… por todos los reinos, ¡te extrañe!
Exclamo con entusiasmo sacándoles una sonrisa a los chicos presentes.
-bienvenido a casa “John”
El rubio alto enfatizo su nombre mientras le regalaba una sonrisa burlona al
chico rubio bajito, este lo miro de nueva cuenta y frunció el ceño,
extrañado.
-¿Por qué estoy en esta habitación?
Soltó a la chica que tenía abrazado y todos compartieron una mirada de
complicidad, pero fue el pelicastaño que hablo.
-creo que deberías tomar en cuenta que necesitamos de tu ayuda de
nuevo.
John aun sentado se tensó ante aquella orden
-hermano…él… te siguió, está en la tierra.
John miro ahora a la chica horrorizado, de todos los idiotas que había en el
cielo, Luck había ido tras el ¿Cómo no dejo que alguien lo vigilara?
-¿están seguros?
Todos asintieron.
-necesitamos que lo traigas de regreso.
John se colocó de pie firme y asintió enérgicamente.
-yo me encargo.
Respondió seguro de sí mismo
-no será fácil…

-Nada con Luck es Fácil, lo traeré de vuelta.
Cuando John se miró en el reflejo del espejo de la habitación, supo que
era hora de llevar el trasero de su amigo, bueno, mejor amigo, de vuelta al
cielo pero tenía dos problemas; sus superiores no le dijeron dónde estaba ni
como se llamaba ahora, pero sabría que estaría delante de Luck cuando
lo tuviera de frente.
-voy a encontrarte…


*seis meses más tarde*


John H. Watson héroe de guerra, regreso a casa con una herida de bala y
una cojera psicosomática en su pierna Izquierda.
Anoto la psicóloga en su libreta mientras miraba de nuevo al chico rubio
que lucía impaciente.
-John, ¿cómo te sientes?
Pregunto serena aquella mujer mientras observaba como el hombre
delante de ella jugaba con sus dedos apretando la pequeña esfera de
goma en su mano.
-bien, estoy bien.
Le sonrió sin ánimos el rubio rodando los ojos al ver como aquella mujer
anotaba de nuevo en su pequeña libreta.
-John, no vamos a avanzar si no veo que tienes algún progreso.
Amenazo en tono sereno aquella mujer mientras lo señalaba con el
bolígrafo.
-usted debería de dejar de decirme que hacer, estoy muy bien desde que
llegue a Inglaterra.
-¿cómo va tu blog, has escrito algo?
-oh sí, he escrito lo animado que he estado aquí desde que llegue.

La mujer lo miro escéptica ante el sarcasmo del rubio.
-John, sé que la guerra fue algo muy duro para ti, pero necesito que en
verdad pongas de tu parte.
John dejo de prestarle atención como lo venía haciendo desde hacía
cinco meses cuando llego a Londres. Se comenzó a internar en la ciudad
rumbo a su departamento, ya no veía necesario salir a más que lo
necesario, no le encontraba sentido a esos seis meses buscando algo
imposible.
-¿John?… ¡JOHN!, ¡JOHN WATSON!
Le grito alguien desde una banca y el rubio apenas se giró con su bastón
para mirar al hombre robusto que lo miraba con una sonrisa incrédula.
-John, soy yo, Mike.
El rubio se excusó lo mejor que pudo, sus recuerdos seguían nublados, pero
jamás diría eso a su terapeuta, aquel hombre le invito un café, él lo
necesitaba, tomaron asiento no muy lejos de donde se habían
encontrado, aquel hombre le servía de excusa para recuperar parte de sus
memorias de juventud, al menos tenía algo a lo que aferrarse.
-Han pasado cosas muy extrañas en la ciudad, ¿si te enteraste?
Le pregunto Mike mientras le daba otro sorbo a su café.
-oh claro que sí, es como estar en la guerra.
Bromeo muy serio John mientras veía como su compañero se reía.
-¿vas a quedarte en la ciudad?
-supongo que no mucho, no tengo como costear un departamento por mi
cuenta.
-¿y si buscar a un compañero?
-oh Mike… ¿Quién me querría de compañero?
-te sorprenderías.
Le confesó mientras se acomodaba los lentes.
-¿ah?
-eres el segundo que me dice eso.
-¿Quién fue el primero?
La curiosidad le gano y por si fuera poco Mike lo llevo a su trabajo como
tour por todo el Hospital de Barts, hasta que dieron por terminado su tour

en un pequeño laboratorio que para su desgracia estaba ocupado por
alguien que miraba unas muestras por el microscopio.
Ambas miradas chocaron, y por un momento John tuvo un bloqueo
mental, hasta que la voz de Mike lo saco de ese momentáneo shock.
-no es como en mis tiempos.
Y con una risa compartida aquel extraño les dirigió la palabra.
-Mike… ¿me prestas tu teléfono?
-lo siento, lo deje en mi abrigo.
Se excusó el hombre de lentes y entonces John se sintió estúpido cuando
de su boca había salido ofrecer el suyo, jamás haría algo así por nadie,
pero ¿y si ese hombre necesitaba ayuda, Porque no hacerlo?
Cuando tuvo la atenta mirada de aquel hombre de cabellos negros
rizados, traje negro y ojos azules supo porque el tour tan extraño por el
hospital, su búsqueda había sido completada ya su objetivo estaba
identificado visualmente.
-¿Afganistán o Irak?
-…disculpa, ¿Qué?
Pregunto John saliendo de su pequeño trance, los ojos de aquel pelinegro
no lo miraban y sus dedos se movían rápido por las teclas de su celular y a
los pocos segundos ya lo tenía devuelta, John sintió un escalofrió al tener el
teléfono de regreso en sus manos.
Aquel hombre comenzó a hablar de manera rápida, comenzando a
desnudarlo con las rápidas miradas que enumeraban cada uno de sus
detalles, se aferró a su bastón, quería golpearlo, justo como en los viejos
tiempos.
-¿y eso es todo? Sin conocernos ya quieres que vayamos a ver un
departamento… ni siquiera sé cómo te llamas.
John apenas podía contener su ira aferrándose al bastón cuando miro a
aquel hombre alto irse, pero antes de que saliera se detuvo en la puerta.

-mi nombre es Sherlock Holmes y la dirección es 221B de Baker Street. Hasta
luego Mike.
John miro con molestia la puerta y luego a Mike.
-sí, siempre es así.
-la gente debe amarlo.
Cometo John haciendo que Mike comenzara a reír con fuerza y saliendo
de aquel lugar regreso a su departamento, tirando su bastón al suelo, tomo
asiento en la cama, los recuerdos que tenía con aquel hombre de nombre
Sherlock venían a su mente.
-siempre tan idiota, siempre tan soberbio, tan seguro de su estupidez.
Reviso su celular y encontró el mensaje que había enviado el pelinegro, sus
ojos se abrieron en sorpresa y sintió el calor abandonar su cuerpo.
Está confirmado, no es humano quien lo ataco. A las 20:00 en la escena
Lestrad. -SH
John casi se le sale el corazón del pecho, tomo su lapto y comenzó a
buscar el nombre de “Sherlock Holmes” topándose con la no grata
sorpresa de que su querido amigo era un investigador privado, no obstante
se topó con lo peor, sus investigaciones estaban inclinadas a los casos más
complicados que hasta el mismo le costaba creer que pudieran darse esos
casos.
Paso toda la noche en vela mirando todas las entradas de aquel blog
sobre “La ciencia de la deducción” y “expedientes sin resolver” ese
pequeño blog era el que más le interesaba ya que Sherlock explicaba los
casos que la policía no podía seguir, y más aun afirmando la existencia de
que el asesino seguía suelto y no era humano.
Un hombre de lógica como Sherlock no podía estarse metiendo en terreno
desconocido, entonces busco la primera entrada de aquel sitio.
-8 meses…
Hacía ocho meses que Sherlock Holmes estaba tomando un rumbo
diferente a su vida de detective amateur privado, tenía que llevárselo
rápido.

Lo había tomado como una cita, había ido a aquella dirección y estaba
en frente del 221B, justo antes de tocar la puerta, escucho a un taxi
detenerse, se giró con curiosidad encontrando a Sherlock.
-Puntual señor Watson
El pelinegro le extendió la mano a modo de saludo y este la estrecho con
un poco de fuerza.
-bien, solo tenía curiosidad.
Ambos hombres entraron a la residencia luego de saludar a una amable
mujer de mediana edad, John se sorprendió al observar toda aquella
estancia, era muy al estilo de Sherlock, pero jamás lo admitiría en voz alta.
-bien, ¿Qué te parece?
-pues, si lo limpiamos bien, seguro que dejara de verse como una cueva.
Aquello tomo desprevenido a Sherlock que se excusó.
-siii, un poco de orden a las cosas le hará bien.
John contuvo las ganas de reír al ver como Sherlock lucia como un
pequeño niño al ser regañado por alguna travesura.
John se dejo caer en el sofá mirando a todos lados.
-¿entonces? Pregunta
John levanto las cejas a modo de pregunta.
-vamos, llevas rato observándome queriendo preguntarme algo…solo dilo,
es molesto.
-bien… como un detective como tu comenzó a interesarse en casos sin
resolver, llegando a la conclusión de que no eran humanos los atacantes.
Sherlock que en ese momento no lo miraba comenzó a prestarle atención
desde la ventana donde estaba observando.
-¿leíste todos mis blogs?
Pregunto entre curioso y extrañado.
-si…
Habría deducido que John no había dormido en toda la noche, dos o tres
noches sin dormir sin duda, pero no lo había notado por tener sus
pensamientos en el caso que la policía tenía entre manos.

-en ese caso… lo comencé a hacer porque la incompetencia de Scotland
Yard pidió mi ayuda, en realidad no han sido 4 ataques los que se han
perpetrado a manos del mismo sujeto
-¿ah no?
Pregunto John mientras se cruzaba de brazos sentado en el sofá, Sherlock
negó con ligereza mientras sonreía de medio lado.
-han sido 11…
John lo miro con asombro.
Por lo que había leído John en las noticias y lo que había publicado
Sherlock en su blog era sobre ataque a personas que no parecían estar
vinculadas las unas con las otras más por el hecho de que sufrían una gran
depresión o la tuvieron en algún momento de su vida, luego de eso un
cambio radical en su actitud y posteriormente todos, sin falta habían
cambiado sus hábitos hasta el día que murieron, todos de manera muy
dolorosa y con la misma arma.
-12…
-¿perdón?
-son 12 ahora.
Y luego de las palabras de Sherlock un hombre de cabello canoso entro a
la estancia con la respiración agitada.
-¿Dónde?
-un hotel abandonado, lo iban a demoler mañana.
-¿mujer?
Aquel hombre asintió mientras le echaba una rápida mirada a John.
-6 hombres y 6 mujeres… interesante…
-¿vendrás?
-tomare un taxi, los seguiré.
Y sin mediar palabra aquel hombre se fue dejando de nuevo solo al par,
Sherlock dio un salto de entusiasmo y volvió a colocarse el abrigo.
-si deseas puedes quedarte, le diré a la Sra. Hudson que suba algo para
que comas.
Y así el pelinegro se marchó de la habitación escaleras abajo, John tomo
el bastón y comenzó a maldecir por lo bajo, Sherlock se estaba metiendo
en terreno peligroso, camino hacia la ventana y miro como Sherlock
desaparecía dentro de un taxi.

-oh querido, Sherlock me dijo que te quedarías te preparare un poco de
Te.
-NO!
La señora Hudson dio un salto desde su sitio por el susto y John se giró para
mirarla
-lo lamento Sra. Hudson, pero no me quedare, iré a buscar unas cosas a mi
departamento.
Y sin más salió de aquel departamento tomando el primer taxi que se
había detenido, no podía haber muchos hoteles que estuvieran
demoliendo ¿o sí? Para su suerte solo había uno en la zona, no le
permitieron el paso desde la otra calle así que solo le quedaba observar
de lejos y esperar ver a Sherlock salir de aquel lugar.
Para su sorpresa no era el único que esperaba al detective, un hombre
entre las sombras comenzó a seguir a Sherlock y este comenzó a seguirlos,
hasta que se topó en un callejón sin salida, tenía a Sherlock acorralado
pero el detective no se mostraba temeroso ante su atacante, no hasta que
comenzó a observarle el color carmesí en sus ojos.
-no debiste entrometer tus narices… Mr. Holmes.
El pelinegro miro con asombro como aquel hombre se acercaba rápido y
con espada en mano se le abalanzo al detective, este solo dio unos pasos
hacia atrás hasta que escucho el claro sonido del arma chocar con otra.
Una melena rubia se había interpuesto entre Sherlock y la espada de su
atacante, aun con sorpresa reflejada en los ojos de ambos, John logro
empujar al hombre de ojos carmesí, revelando la identidad de ese ante la
luz de la luna.
-Vaya… vaya, vaya, pero si es el enanin de Johnny Watson.
Aquel hombre recupero su postura y enfundo de nuevo su espada en el
paraguas que llevaba.
John hizo lo mismo con su bastón observando con enojo y reconocimiento
al atacante.
-Moriarty… te hacía en el infierno
-bueno, ¿ya ves? Cobras unos favores y aquí estas.

Dijo de manera divertida señalándose con las manos mientras arreglaba su
traje.
-en…entonces, ¿tú eres quien ha estado matando a esas personas? ¿Por
qué?
Se atrevió a hablar Sherlock recobrando la compostura.
-la pregunta sería ¿Por qué estas metiendo tus narices donde no te llaman?
Mr. Holmes.
Los ojos de Moriarty comenzaron a apagar aquel rojo y mientras salía del
callejón le dedico una sonrisa a John.
-nos volveremos a ver Johnny Boy
John intento darle alcance a su enemigo, pero cuando salieron de aquel
callejón no había nadie alrededor.
-tu… ¿Cómo hiciste eso?
-fue un regalo del ejército, era una pistola o esto.
Dijo acentuando su bastón al suelo mientras miraba a Sherlock
examinándolo
-no me refiero a eso, ¿Cómo llegaste tan rápido?
-tome un taxi.
- a donde yo estaba…
Completo mirando como ahora los ojos de John comenzaban a volverse
profundamente verdes.
-te salve la vida, al menos se agradecido.
-…
Sherlock lo miro receloso mientras observaba a John caminar por la calle.
-¿cómo se conoce? él sabe de mí.
-eres detective genio
-su mirada decía otra cosa, además de que se le pusieron los ojos rojos!!
John miro desde la distancia al pelinegro.
-buenas noches Sherlock.
Le grito John y siguió su camino varias calles abajo mientras un auto
comenzó a detenerse frente a él y una chica desde atrás lo miraba con
una sensual sonrisa.
-Capitán Watson?
John la miro con cierta desconfianza y luego a su alrededor.
-…emmm…disculpe, ¿la conozco?
La chica sonrió y negó ligeramente con la cabeza.
-no pero a mi Jefe si, él lo está esperando, Capitán.

John se lo pensó un momento, pero subió al auto que comenzó a conducir
rápido por aquellas desiertas calles.
-puedo saber ¿Quién es su jefe?
-no desespere Capitán Watson, pronto llegaremos.
-¿A dónde?
-…
-¿puedo saber su nombre?
-¿mi nombre?
-sí..
-…Anthea..
-solo dígame John.
El silencio reino durante los siguientes 15 minutos donde John ni siquiera
podía identificar a donde lo estaban llevando, apretaban de vez en
cuando su bastón, resignado en lo que había hecho antes, se había
descuidado y había dejado que Moriarty se le acercara a Sherlock pero
¿tenía él la culpa? No, la tenía su querido mejor amigo por seguir ese
rumbo de vida, pero también la tenía él, no se había fijado en los
pequeños detalles esos que le decían que James Moriarty estaba detrás
de todo aquello, las noticias lo notificaban, personas alrededor de todo
Londres desaparecían o las encontraban muertes sin razón aparente, los
blogs de Sherlock, las muertes que Scotland Yard archivaba en casos sin
resolver.
-Mierda…
Se regañó entre dientes, había dejado solo a Sherlock en el 221B y con
Moriarty suelto, tenía que regresar de inmediato.
-Bienvenido… Doctor Watson.
Lo recibió un hombre apoyado en un paraguas de pie, John siguió
caminando hasta que lo tuvo de frente.
-¿usted me cito aquí?
Pregunto con extrañeza John mientras observaba aquel edificio
abandonado con apenas algunas cajas dentro.
-no parece sorprendido Doctor.
-¿Quién es?
-tenemos un amigo en común… el Sr. Holmes

John se puso aún más rígido ante aquel nombre y lo miro a los ojos pues
este no deba de sonreír de manera sínica.
-¿Qué quiere con Sherlock?
-que usted… Doctor… se aleje de él, eso es todo.
Respondió con calma meciendo el paraguas en su mano derecha.
-¿Qué le hace pensar que hare eso?
-oooh Doctor, apenas lo conoce y ya se mudó con él.
-eso a usted no le incumbe
-en realidad si es de mi interés lo que haga o deje de hacer el Sr. Holmes.
John no lo soporto más y comenzó a enojarse al punto de mostrar un todo
verde esmeralda brillando ante los ojos de un hombre ligeramente
sorprendido.
-vaya… ahora entiendo.
Fue lo único que pudo decir aquel hombre frente a John para luego
acortar distancia.
-tu… eres el hermano de Sherlock.
Cuestiono John mirando ahora muy cerca a aquel hombre alto.
-creo que tengo un cambio de planes… Doctor Watson.




John subió corriendo las escaleras del 221B en Baker Street topándose con
un Sherlock en el sofá grande en estado de meditación.
-¿está todo bien? ¿Qué ocurrió?
Pregunto alarmado John mirando todo a su alrededor buscando a algún
atacante.
-hace ocho meses y medio tuve un accidente a las afueras de Londres,
una investigación que resulto mal.
John lo miro con incredulidad ante el relato que Sherlock contaba aun
acostado y con los ojos cerrados.
-entonces estas bien??
-… cuando desperté, sentí que perdí algo, no supe cómo llegar y dure
varios días intentado reiniciar mi cerebro… pero John, aun siento que me
falta algo, además que recuerdo algo con mucha lucidez.

John lo miraba incrédulo aun y vio como Sherlock le señalaba un punto en
la mesa a lo lejos.
-lo escribí para ti. Allí en la mesa.
John tomo aquel papel que sobresalía entre el desastre de la mesa,
cuando vio aquel papel creyó que era una locura, pero eran las viejas
coordenadas del hospital donde él había despertado luego del disparo.
-no sé si son coordenadas o es alguna especie de---
-es un hospital Sherlock…¿Cuándo recordaste eso?
John tomo asiento en el sofá rojo cerca de la chimenea.
-¿un hospital?
Esta vez Sherlock abrió los ojos y lo miro, su nuevo compañero estaba
mirando aun la hoja con incredulidad.
-si… estuve allí cuando casi morí por la herida de bala.
-¿Cómo es eso posible?
Pero Jhon no respondió a la pregunta hecha por su amigo, solo se limitó
sonreírle.
-mejor iré a dormir Sherlock, mañana me mudare contigo.

***

Cada caso que habían resuelto los alejaba y acercaba más a Moriarty,
este era escurridizo y para Sherlock era más que un reto intentar atraparlo
más por toda la información que comenzaba a dejar suelta, pistas que no
tenían sentido hasta que John decidía soltarle información que para
Sherlock era más que fascinante.
Tenían más de un año intentando atraparlo, pero nada, se les escapaba
entre las sombras y nada podía hacer John más que taparse los oídos ante
los disparos que recibía la pared del departamento cuando su amigo
estaba “aburrido” o simplemente estresado por el hecho de que John no
le ayudara en mucho.
-veamos… ¿Qué quieres saber?

Sherlock ya se había planteado todas las preguntas posibles que John no
pudiera evadir tan fácilmente como lo solía hacer y sus investigaciones
sobre el pasado de John no daban resultados esclarecedores, solo lo
confundían e intrigaban más y aún más por el hecho de que su
archienemigo y gordo hermano mayor no ayudaba a sus casos ni se había
puesto en contra a que John viviese con él era aún más motivos para
sospecharse de que algo raro pasaba y todo estaba conectado ¿pero
cómo?
-bien, dispara.
Sherlock lo miro incrédulo e hizo la pregunta.
-¿Qué eres John Watson?
John se tensó y miro directo a aquellos ojos que lo miraban
acusatoriamente pero a la vez intrigados.
-yo…
-lo he notado desde hace un tiempo, el hecho de que Moriarty no es
mortal sino un demonio es fascinante, mas dado el hecho de que no soy
un creyente religioso ni mucho menos me dejo llevar por eso, pero
teniendo todas las evidencias a mi alcance y el hecho de que tu y mi
hermano tienen algún tipo de acuerdo, sumándole que tus ojos cada vez
que te vez amenazado o estas expectante a un ataque se vuelven en
tono esmeralda y es casi científicamente imposible eso.. así que mi
pregunta es ¿Qué eres, John?
Este ante aquella explicación relamió sus labios y con derrota exhalo
profundamente.
-soy tu amigo, Sherlock, el único que podía regresar por ti y… llevarte a
casa.
El pelinegro lo miro con duda y recargándose en su sillón frente a John, no
dejaba de mirarlo.
-¿Qué tiene que ver Moriarty?
John pasó sus dedos con frustración por el cabello y volvió mirar a la pared
llena de agujeros de bala, sonrió para sí y volvió su mirada al hombre frente
a él.
-yo… debía cuidarte, pero no eres un niño para vigilar todos tus actos
Sherlock, así que en una misión vine a la tierra y tú en vez de quedarte en
casa y seguir con tus investigaciones, decidiste seguirme porque estabas
“Aburrido”… Moriarty era como tu hermano en la escuela, pero decidió no

seguir el mismo camino que tu… y deserto, volviéndose un caído, no
supimos nada de él hasta ahora, que está casando a los nuestros por
algún trato enfermo que hizo.
Termino de contar sin mucho tacto John mirando las expresiones de
Sherlock mientras lo decía, este lucia sorprendido y aun mas intrigado por
saber porque Moriarty había saltado al otro bando.
-entonces, ¿eres un ángel?
-así es…tu igual
El pelinegro frunció el ceño ante aquello, le había desagradado por
completo la idea de ser uno de aquellos seres de luz, la idea de ser un ser
de paz y amor, bondad y alegría no iba en nada con él, era todo lo
opuesto, la risa de John lo saco de sus pensamientos momentáneos y lo
miro con interrogativa.
-si Sherlock, aunque lo dudes, lo eres, muy a tu manera, pero eres un ángel,
el más idiota que conocido en mi vida.
-creo que tengo una idea errónea de lo que es ser un ángel entonces.
John volvió a reír y sobo sus rodillas.
-será mejor que prepare te.
-¿desde cuándo?
Esa pregunta lo tomo por sorpresa y en mitad de la cocina se detuvo.
-¿perdón?
-¿desde cuándo somos amigos?
John medito la pregunto un momento mirando el techo y luego de un
corto suspiro le sonrió con cariño.
-podría decirse que desde niños.
-¿sí?
-eras muy problemático, te gustaba mucho investigar al aire libre, un día te
perdiste y fuiste a parar a mi casa, cuide de ti hasta que fueron a buscarte,
desde entonces somos… amigos.
El pelinegro volvió a fruncir el ceño, cada que John le decía aquello se
notaba una tristeza en sus palabras.


***


Todo había pasado muy rápido, ¿Cuándo Moriarty se les había
adelantado? Tanto que ahora sus amigos e incluso el corría peligro, sin
saber el paradero de Sherlock hasta que uso sus poderes de localización,
supo que la torre estaba deshabitada ya a esas altas horas de la noche,
con toda la policía tras sus pasos, Moriarty había golpeado duro, justo en el
ego de Sherlock.
Toda Scortland Yard buscaba a Sherlock por los múltiples asesinatos que
habían ocurrido y estaban en casos sin resolver, las pistas eran obvias, todo
apuntaba al detective, todos desconfiaban de Sherlock incluso el mismo
pelinegro pensaba que John también lo hacía, pero este era el único que
lo buscaba.
Subió hasta la azotea de aquel edificio encontrándose con Sherlock
sentando a la orilla de está mirando la ciudad.
-no te esperaba a ti John.
La voz neutral del pelinegro le avisaba que algo iba demasiado mal, el
miedo comenzó a apoderarse de él.
-¿entonces a quién?
-me esperaba a mi Johnny Boy.
Aquella voz a sus espaldas era Jim, ambos hombres lo miraron sin humor.
-vamos, quiten esas caras largas chicos, yo solo vine porque Sherly me lo
pidió de una manera muy romántica.
John apretó su bastón con fuerza intentando no desenfundar la espada
oculta.
-no es necesaria la violencia, solo quiero hacerte unas preguntas…
Jim camino hasta donde estaba el pelinegro y con una radiante sonrisa en
los labios lo miro a los ojos.
-¿Por qué?
Fue lo que pregunto el rizado sin muchos ánimos, Jim hizo una expresión
teatral de sorpresa y se separó de ambos.

-creo que Johnny boy debería responderte a eso, ¿no? El POR QUEEE de
todo este gran shooow!- Jim aplaudió escandalosamente y una expresión
seria se dibujó en su rostro.- vamos Johnny boy, dile a tu amado porque es
que hice todo esto –apunto con el paraguas toda la ciudad, pero John
comenzaba a verse nervioso- porque es que ÉL está justo aquí, de pie, dile
porque es que se volvió Humanoooo…-dijo de forma teatral mientras daba
golpes con el paraguas al suelo- dile porque fue que ambos nos

separamos –Jim miro a Sherlock que lucía sorprendido y más cuando miro
la expresión de John- dile como cierto rubio se metió entre nuestras vidas, o
aun mejor, como es que acabamos en una batalla entre arcángeles y
demonios –John miro entre leves lagrimas que escapaban de sus ojos a
Sherlock que lucía en shock ante las declaraciones de Moriarty- o aún
mejor, como un ángel de pequeña estatura se enamoró de él y le
convenció de que lo mejor para ambos era que se olvidara de su
eternidad y viviera una vida “tranquila” juntos cuando sabias QUE YO
HABIA ESTADO PRIMERO.- Jim saco su espada del mango del paraguas y
dispuesto a comenzar una batalla se acercó rápido a John y este por
reflejo desenfundo su espada del bastón y comenzaron una batalla sin
cuartel.

Olvidado que Sherlock seguía allí de pie, sintiendo que su cabeza
comenzaba a dolerle, ahora todo le parecía más claro, aquel accidente
no había sido por asares del destino, Jim se había interpuesto en la
carretera haciendo que saliera del camino y su auto girara sin control,
cuando despertó el golpe en la cabeza había despertado más de un
sentido, si, su palacio mental había sido reconstruido desde las cenizas y
justo ahora lo recordaba con claridad.

En su infancia vivía en un reino lejano junto a Jim, pero una batalle en los
cielos lo hizo cuestionarse de que bando debían permanecer, Jim por su
lado había decidido permanecer al lado de Sherlock, pero este
comenzaba a fijar su mirada en un pequeño ángel rubio mucho mayor
que ellos, no supo cuando lo perdió, no supo como sucedió, pero James
Moriarty había decidido que se uniría a las filas enemigas y ataco su hogar,
quería llevarse a Sherlock con él pero no contaba con que aquel rubio de
baja estatura iría por Sherlock y se lo arrebataría de las manos, para su
sorpresa el pelinegro había defendido a John, ya no era más suyo y eso le
dolía.

Ahora lo recordaba todo y no deseaba que de nuevo John estuviera en
peligro, cuando estuvo cerca de ambos y John estaba en clara
desventaja, aquellos ojos rojos se toparon con unos aun mas carmesí y de
cabello rizado.

La mano de Sherlock había atrapado aquella hoja de la espada de Jim,
este asombrado aparto la espada y miro como la sangre escurría por
aquellos dedos.

-detente James… no vuelvas a intentar atacarlo.
-el… el te lavo el cerebro Sherlock!, acaso no lo vez?
-creo que el que no quiere verlo eres tu James… lo amo, y eso no puedes
borrarlo o reescribirlo.
Jim miro con odio a John y luego al hombre que se interponía entre su
venganza.
-entonces… creo que yo tampoco te amo, Lock…
Y sin esperarlo aquella espada comenzó a atacarlo ahora a él, John
intento colorase de pie pero las heridas hechas por aquella arma le hacían
difícil sanarse, cuando quiso acercarse a ambos, Sherlock estaba al borde
del edificio y Jim le había atravesado con su espada el abdomen.
-SHERLOCK!
Este le dedico una sonrisa antes de caer por la orilla del edificio no sin
antes llevarse a Jim con él.

La neblina de la noche se había espesado tanto que se le hizo difícil mirar
ambos cuerpos iban en picada, mas el golpe en seco hizo que el cuerpo
de John se contrajera dolorosamente, sus lagrimas no sesaron, sus gritos de
dolor tampoco, había sido un idiota por no decirlo, nunca lo había dicho.
-Sher… Sherlock… te… te amo…
Confeso en la oscuridad mientras todo la sangre abandonaba su cuerpo,
no sabía que haría de ahora en adelante, debía salvar a Sherlock, él no
tenía como regresar a su reino, no sin él, había sido suicidio, jamás se
permitiría volver a alguien del infierno, mucho menos a un vampiro… un
alma de vampiro humano era lo más codiciado y más para Jim.


*Flashback*
-creo que tengo un cambio de planes… Doctor Watson.
John miro a aquel hombre con escepticismo.
-…
-ambos sabemos que Sherlock es vampiro, pero al renacer como humano,
eso nos da muchas desventajas Doctor, si lo sabe.

-claro que lo se, por eso debo cuidarlo hasta que su tiempo aquí acabe de
manera normal.
-bien, pero lo que no sabe es que hay un vampiro mitad demonio que esta
casando a Sherlock.
-si lo sé, Moriarty intento matarlo.
Mycrof lo miro con asombro y horror.
-y lo dice tan tranquilo.
-no estoy tranquilo mientras se que es Jim quien busca el alma de Sherlock.
-pero me temo que no puede decirle nada de esto a mi Hermanito, sería
un shock para él.
John rio sin humor
-ambos sabemos que no es cierto.
Mycrof le regreso la sonrisa.
-pero no sabemos cómo se tome el hecho de que no puede regresar
como vampiro sino como angel al final del trayecto, o aun peor, como
demonio.


****


Y eso era lo que Jim quería, pero no lo obtuvo, ambos perdieron, y mucho.
John miro el amanecer mientras su vida se apagaba de a poco, y la leve
voz de su hermana lo comenzaba a recibir.


-como lo lamento Johnny…
Si pudiera devolver el tiempo… haría las cosas diferentes
Entre las calles la ambulancia recogía el cuerpo de aquel hombre de traje
negro que se había lanzado desde la azotea, el charco de sangre era
inmenso, más por la que tenía encima.
-parece que no cayo solo
Ambos paramédicos miraron al cielo y luego al cuerpo.
-¿identificación?

Pregunto el oficial, pero cuando Lestrad lo vio no sabía si sentir alivio o
preocupación.
-James… James Moriarty.
Todos lo miraron interrogantes.
-quiero que examinen la sangre encima de la camisa, no creo que sea de
él.
Lestrad busco con la mirada por toda la calle, pero entre el mar de gente
y empleados del edificio no lograba encontrar lo que buscaba.
-espero estés bien Sherlock…

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