Dos años
más tarde...
Luego de
tantos años, aquí sigo, mi pecho duele como la primera vez, la primera vez que
desperté y él no estaba, jamás volvería.
̶ ¡Rei!,
ven aquí!
Hago lo que
me pide Sumi, hace dos años que comencé la universidad, en la carrera de artes
plásticas, Kokoro y las chicas prácticamente me arrastraron a esta carrera, si,
ellas y yo nos volvimos inseparables, bueno, mas Sumi que Kokoro y Saki,
quienes aún no sabían que estudiar.
Sumi y yo
tan solo compartíamos dos clases, y aquí estaba yo con ella.
̶ dime?
Dije sin
muchas ganas, hace mucho que no tenía ganas para nada y más por estas fechas,
me afectaba en gran manera la partida de Yukihiro.
FlashBack
Luego de
tantas lágrimas desperté, mi cuerpo dolía tanto que lo sentía muy pesado, como
pude me levante, pero no había nada, en el suelo ya no estaba ese Yukihiro que
yo amo.
Grite.
Grite.
Y grite.
Mi voz se
perdí entre tantos gritos, mis amigas entraron al cuarto horrorizadas, viendo
mis dedos llenos de sangre y mi cara demacrada e hinchada de tanto llorar,
ellas corrieron a socorrerme, pero simplemente me desvanecí en los brazos de
una de mis amigas.
Cuando
desperté, estaba en un hospital y la voz de mi madre y de lo que creo era una
doctora hablando afuera, intente levantarme, pero me detuve al ver mis manos,
estaban vendadas.
Todos los
recuerdos volvieron tan rápido que no pude evitar congelarme y volver a llorar.
Yukihiro…
Yuki…
Hiro…
FIN DEL
FLASHBACK
Le había
contado a mamá porque de mi “locura”, pero ella tan solo dijo que Yukihiro
había sido un mal muchacho y que era una etapa de mi vida, mis amigas no se
separaban ni un instante de mí, pero yo solo quede muda durante meses, hasta
que aprendí a seguir adelante y ya no pensar en él.
Así pase
mis días, mis meses, hasta que se volvieron dos años de espera.
Hasta que
llegue a donde estoy.
― tienes
pinturas muy tristes… ¿aún no lo superas?
Sonreí de
lado, ¿Superar? ¿Superar qué?
― solo era
eso?
Bufe y
guarde mis cosas para irme.
― sabes que
solo quiero ayudar…
Dijo en
tono triste Sumi y suspire.
― Lo sé,
pero… es difícil…
Sollocé y
antes de seguir dando lastima comencé a correr fuera de la universidad, corrí
tanto que ni siquiera mire a donde iba, hasta que reaccione por el cansancio.
Estaba en
un parque donde había muchos perros con sus dueños jugando.
Yuki…
Hiro…
Fue lo
primero que pensé al ver a tantos perros y sus dueños, caí de rodillas al suave
pasto con lágrimas nuevamente.
¿Por qué?
Yuki… ¿Por
qué?
Varios
perros rodean a la chica lamiéndola, pero esta no da señales de querer moverse,
hasta que el dueño de aquellos perros habla.
― Chicos!
Déjenla!
El muchacho
se abre paso entre los canes y se agacha posando gentilmente su mano por la
cabeza de Rei.
― no tienes
por qué sentir miedo, ellos no te van a comer.
Rei
lentamente levanta la cabeza para observar a aquel chico, ella abre mucho los
ojos al verlo.
―Yu…Yuki…
El chico
ladeo la cabeza sin entenderle.
―¿disculpa?
Dijo sin
creérselo, y fue cuando Rei cayó en cuenta, no era él.
― lo… lo
siento…
Se disculpó
y con ayuda de ese chico se levantó.
― está
bien, ¿Te encuentras bi―
Y antes de
terminar de levantarse, un mal paso hace chocar su pie y terminar abrazada a
este chico, que por suerte la sostuvo con firmeza.
…
― Disculpa.
Se disculpó
una vez más estando ambos sentados en una banqueta.
― está
bien, suele pasarme mucho.
Dijo con
suficiencia, haciendo que Rei levantara una ceja.
― Digo,
todas caen ante mis encantos.
Dejo salir
una carcajada al ver la cara de asombro de la chica, y esta le dio un golpe en
el brazo.
― lo
siento, lo siento.
Sonrió
aquel chico sobando su brazo herido.
― y… ¿Cómo
te llamas?
Le pregunto
Rei, quería estar segura de que no era Yukihiro haciéndose el gracioso, aún
tenía esperanzas.
― Mi nombre
es Yuu
Dijo con
una gran sonrisa, Rei abrió en gran manera sus ojos, debía ser él, su manera de
sonreír, su manera de juguetear, el amor por los perros.
― ¿Qué
hacías hace dos años?
Dijo casi
instantáneamente y el chico la miro con asombro.
― hace dos
años? … mmm~ pues…
Se le
miraba incomodo, pero tenía la mirada de curiosidad e insistencia de Rei podía
más.
― pues… no
lo recuerdo.
Dijo al
fin.
― ¿Cómo no
puedes recordarlo?
Volvió a
preguntar.
― Tuve un
accidente de auto hace dos años, luego de eso… no recuerdo absolutamente nada
de mi vida.
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