Ángel-san, Ángel-san ¿Donde estas? [Parte 2]

Cuando llego a una casa muy grande, dejo escapar un suspiro, para que aquella mujer tocara el timbre de la puerta y saliera una mujer ya de avanzada edad.
-usted es la señora Chugi?¿-
-si… soy yo-
La trabajadora social tomo de los hombros a Kibou y la señora Chugi se asombró dejando entrar a la chica.

Luego de que ambas mujeres hablaran, Kibou fue caminando por toda la casa, en busca de algo que se pareciera a sus padres, pero no encontraba nada.


Luego de caminar por aquella gran casa subió a las escaleras encontrando una terraza, muy olvidada.

-¡ÁNGEL-SAN!, ¡ÁNGEL-SAN!-
Grito como si con eso lo invocara, no sabía porque tan estúpidamente comenzó a llamar aquel espíritu.

Comenzó a llorar como si algo de ella al salir de aquella ciudad se hubiera desprendido. Coloco sus manos en su pecho y lloro de dolor, sus ojos estaban tan nublados  por las lágrimas que noto a alguien de pie junto a ella, trato de levantar su rostro… pero se desmayó.



*días después*


Se levantó con un GRAN dolor de cabeza, los ojos le ardían.
-¿qu…qué me paso?-
Pregunto levantándose lentamente de la cama.
-te encontramos en la terraza inconsciente y luego de eso… dormiste durante tres días-
Kibou se sorprendió ante lo dicho por aquella mujer mayor.


Luego de un rato de comer y estirar su cuerpo, quedo mirando la Tv, notando algo… en ningún canal pasaban noticias con respecto a su ciudad, como si en verdad está ya no existiese.


Sintió como si alguien la llamaba, se levantó de la cama y al salir a la puerta del cuarto alguien, o más como un reflejo de una persona dirigirse a la terraza, algo la incitaba a seguir; llego hasta donde había visto el reflejo y ahora este mismo subía por las escaleras.

Se sorprendió al ver aquellos pies descalzos con una bata hasta los tobillos, aquella persona desprendía una luz de él.


Camino despacio, como si con su sola presencia aquella persona pudiera huir.
-¿Qui…Quién eres?-
Dijo subiendo cada escalón.

Pero al llegar a la terraza, ya no había nadie.
Corrió y como si con eso pudiera alcanzarlo, grito.
-¡ÁNGEL-SAN!, ¡ÁNGEL-SAN!-
Su voz se quebraba, le dolía el solo hecho de pensar que estaba sola con una familia, aunque fuera amorosa, para ella eran unos desconocidos.


Le pidió a su ahora abuela que la llevara a la ciudad donde ella había nacido y la mujer se lo concedió.

Pero al llegar era todo igual, calles desierta, en todas partes  no se veía ni un alma, llegaron al hospital y…

-¿Qué paso aquí?-
Se dijo para sí misma en voz alta, aquel hospital había empeorado, las personas estaban más sucias, los pasillos sin limpiar, está completamente descuidado, niños ya quedaban muy pocos, subió por el ascensor, y al llegar a un piso el cual no era el que ella había eligió, era la morgue, muchos bebé siendo cargados como si fueran basura, no soportaba estar allí, se giró para regresarse, pero el ascensor no llegaba, uso las escaleras que estaban a un lado de allí y fue bajando, encontrándose a uno de sus amigos.

-Kibou, ¿Qué sucede?-
Ella lo abrazo afectivamente y este se la llevo de allí.


Ver tantos niños muertos no era lo de ella, ni ella misma entendía porque había pedido volver.

En el auto estando con su abuela de regreso no hablo y tampoco cerró los ojos, aún tenía muy presente esas imágenes.

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